La Universidad Autónoma de Tamaulipas es una institución académica muy representativa de nuestro estado, semillero de muchas generaciones de profesionistas a través de los años. Hablar de ella, es hablar de mucha historia y tradición, con anécdotas tanto positivas como otras no tanto, pero sin duda es siempre un referente.

Como una institución de gran envergadura, no está para nada ajena a las situaciones de intereses políticos, muchas facetas en su historia son muy conocidas, con grupos y personajes con cotos de poder importantes, así como su polémica conexión con intereses gubernamentales.

Puede ser que esto no sea un caso privativo de solo la UAT, pero es correcto afirmar que constantemente está bajo la lupa de analistas, periodistas, políticos, etc., tan así que muchas veces el énfasis termina siendo más en aspectos de índole política que aquellos académicos. También hay que comentar que en ocasiones no se le hace justicia por el desconocimiento de muchas buenas acciones que no se abordan.

Anteriormente he llegado a comentar que en lo personal siempre tendré un cariño y respeto hacia la universidad al haber sido estudiante en una de sus carreras y mi padre llegando a ser también un egresado de sus filas e investigador dentro de la universidad. Muchos bellos recuerdos, pero también otras vivencias lamentables que me tocaron vivir.

El gran reto de la UAT es que sus directivos siempre tengan en mente anteponer los intereses académicos sobre los políticos, se sabe que mucha política e intereses internos y externos existen, pero la calidad educativa y avances son los que terminarán definiendo el estilo de cada administración.

Cada rector en conjunto con sus equipos de trabajo han dejado su huella, que estas sean positivas o polémicas lo dejo a la mejor opinión de nuestros lectores, pero si también así como se puede criticar hay que saber reconocer lo bueno. La reciente administración que encabeza el rector Guillermo Mendoza ha tenido rasgos muy propios de una dinámica forma de trabajar.

Renovaciones en dirigencias de facultades, implementación de nuevos programas académicos, impulso con acciones tendientes en apoyar al estudiantado, entre otras son cuestiones que se han venido viendo en la presente administración. Obviamente hay mucho por hacer y otras tantas cosas por mejorar aún, pero se ve que empiezan a tomar forma las estrategias implementadas.

Si el rumbo va a ser de ser más propositivos, respetando lo que bien se ha hecho y a su vez apostándole a procesos de innovación necesarios, siempre se aplaudirá el esfuerzo. Más resultados, mejor calidad educativa, menos politización, el desarraigo de círculos viciosos y otros tantos factores son en lo que tienen que concentrarse. 

Cuando el trabajo es efectivo los resultados se dan y por ende seguirán cosechando logros y a la contraparte, cuando la simulación es la que abunda también el tiempo lo va a evidenciar. Un país que mejora su nivel educativo mejora su entorno y sus condiciones, apostarle a esto es lo que tiene que ser un sí o sí en todos los ámbitos.    

Las naciones en el mundo que han entendido esto, han sido más exitosas y han mejorado notablemente sus condiciones de vida. Así es que, siendo la UAT un semillero importante como antes mencioné, a Tamaulipas le conviene que vaya teniendo éxitos palpables y sostenidos.  

Hablando de grandes retos

Este periodo de vacaciones aparte de ser periodo de asueto, debe ser un momento de reflexión para la estructura gubernamental. Hay que ver en qué se está trabajando bien y en cuales rubros se ha quedado a deber. El gobernador ha sido claro en el rumbo que Tamaulipas necesita, pero no todos han comprendido eso.

Vienen retos grandes y por ello sería de sabios darse tiempo para la reflexión, el que no comprenda eso entonces definitivamente no entiende los tiempos en los que vivimos.   

Jorge Alonso Infante Alarcón  

Carrera Licenciado en Relaciones Internacionales.

Maestría en Administración Pública en la U.A.M. Francisco Hernández García (U.A.T.)